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Todo lo que necesitas saber sobre los Akitas

La raza Akita desciende de los antiguos perros de caza conocidos como matagi, provenientes del norte de Japón. Estos valientes y poderosos animales cazaban grandes presas y las retenían hasta que sus amos llegaban. En el siglo XX, la cruza con perros más grandes llevó al desarrollo del Akita americano. Famosos por su lealtad y peculiar comportamiento, los Akitas son algo difíciles de criar; sin embargo, el esfuerzo vale la pena.

En 1937, Helen Keller realizó un viaje a Japón y se enamoro de la raza Akita. Recibió uno como regalo para llevárselo con ella a casa y este se convirtió en uno de los primeros Akitas en América. Muchos Akitas más llegaron a América después de la Segunda Guerra Mundial junto con miembros de las fuerzas armadas. A partir de ese momento, las versiones japonesas y americanas de Akitas comenzaron a variar un poco; por ejemplo, el Akita americano presenta manchas más grandes en la cara que el japonés. La similitudes y diferencias entre los dos Akitas han sido objeto de debate desde que la raza comenzó a volverse popular por primera vez en la década de 1950. Esto causó un retraso en el reconocimiento oficial de la raza. 

La Federación Cinológica Internacional los clasifica en el grupo 5 de perros tipo Spitz y tipo primitivo. Estos perros tienen una gran semejanza entre sí, ya que son los más parecidos a los lobos y su principal función es la caza, protección, rescate o tirar de trineos.

En promedio, los Akita viven hasta los 10 o 13 años con los cuidados adecuados.

Características físicas

Los Akitas son fuertes, musculosos y siempre están alerta. Tienen una cara triangular con orejas erguidas y una larga cola que se curva sobre su lomo. Aunque presentan un pecho amplio y hombros anchos, su figura se va haciendo gradualmente más estrecha.

Los Akita pueden tener cualquier tono en su pelaje, incluidos el blanco, el atigrado y el pinto. Los Akitas blancos no deberían presentar ninguna mancha de color en la cara, mientras que otras variantes deberían mostrar manchas grandes y uniformes. El subpelo puede ser de un color diferente al pelo primario.v

A pesar de contar con un manto grueso, los Akitas son perros cuyo pelaje requiere poco mantenimiento y, curiosamente, les gusta acicalarse con la lengua como los gatos; no obstante, necesitan un baño una vez al mes para mantener su pelaje sano. Cepillarlo una o dos veces a la semana suele ser suficiente para ayudar a disminuir la cantidad de pelo que tu Akita dejará esparcido por la casa. Debes revisar sus orejas una vez a la semana en busca de cualquier acumulación de cerumen y cortar sus uñas de manera regular.

Son perros de manto doble, por lo que debes estar preparado para encontrar una buena cantidad de pelos por tu casa. Mudan de manera particularmente excesiva entre 2 y 3 veces al año, así que no te sorprendas cuando necesites aspirar más de lo normal. Cepillarlos de forma consistente es una manera efectiva de crear un vínculo con ellos cuando están pequeños, además de que ayuda a reducir la cantidad de pelo muerto suelto por la casa.

Ejercicio y espacio

Como muchas razas, los Akitas son bastante energéticos de cachorros. Los tutores necesitan ser cuidadosos y evitar que jueguen mucho en superficies duras, ya que esto puede ocasionar problemas de salud en el futuro.

Esta inteligente raza se desarrolla mejor cuando se le proporciona una rutina variada que evite el aburrimiento. Incluso los Akitas adultos aman causar alboroto y jugar con sus tutores. Por lo general, brindarles entre 30 y 60 minutos de ejercicio es suficiente para mantenerlos en buena forma. Recuerda que lo mejor es pasear a tu Akita con la correa siempre puesta, ya que pueden ser hostiles con otros perros.

Comportamiento

Los Akitas son animales inteligentes, seguros de sí mismos y tenaces, por lo que su temperamento puede variar según hayan sido criados y sus condiciones de vida. Son una raza dominante que no suele llevarse bien con otros perros, sobre todo con aquellos del mismo sexo. Tienden a perseguir a animales más pequeños, por lo que probablemente lo mejor es que sean la única mascota en la casa. Los Akitas se desarrollan mejor cuando forjan un vínculo fuerte con sus tutores; no hay nada que les guste más que pasar tiempo con su humano favorito.

Estos perros pueden ser bastante territoriales y protectores, por lo que la socialización temprana es esencial para prevenir comportamientos como ladridos en exceso. Un Akita bien entrenado debería ladrar solo si siente que algo no anda bien. No obstante, son famosos por ser bastante expresivos a través de otras formas a parte de ladrar, así que prepárate para escuchar a tu peludo amigo emitir algunos ruidos extraños de vez en cuando, como gruñidos, refunfuños y quejidos.

Los Akitas desarrollan un vínculo increíblemente fuerte con sus tutores y necesitan contacto humano constante para ser verdaderamente felices.  Si se les deja solos con mucha frecuencia, pueden desarrollar malos hábitos. Aunque su inteligencia puede hacerlos compañeros interesantes y divertidos, también puede meterlos en problemas. 

Pueden ser un poco reservados con los extraños; sin embargo, cuando están en familia, a los Akitas no temen mostrar su lado juguetón. Se sabe que son perros a los que les encanta llevar todo tipo de cosas en el hocico, lo que puede resultar útil o molesto, según desde dónde se le vea.

Entrenamiento

Estos perros necesitan un tutor seguro que los entrene y que sea una guía firme y constante durante sus primeros años. Son tenaces y tercos; no obstante, con la guía adecuada pueden volverse obedientes e increíblemente leales. Entrenar a esta raza requiere de paciencia y creatividad.

Los Akitas no responden bien a los castigos o regaños y necesitan tener una rutina, así como disciplina constante. Son una raza dominante que pondrá a prueba la autoridad de sus dueños e intentará tomar el control. Un Akita mal entrenado puede representar un peligro tanto para otras mascotas como para las personas. Debido a los retos asociados al adiestramiento de esta raza, no se recomienda para tutores primerizos. No obstante, si el lazo entre perro y tutor se forja desde temprano y se nutre de la manera apropiada, puede convertirse en un compañero maravilloso.

Con la socialización y el entrenamiento adecuado, los Akitas son animales tranquilos, nobles y magníficos que harán lo que sea para complacer a su tutor.

Nutrición

Al igual que todas las razas, los Akitas pueden sufrir de sobrepeso si se les sobrealimenta, ya sea con comida para perros, con comida para humanos o con premios. Ofrécele porciones controladas de alimento para perros de alta calidad y evita darle demasiados premios para mantenerlo en un peso saludable.

Salud

Aunque son una raza sana en general, pueden sufrir de algunos problemas de salud, sobre todo relacionados con las articulaciones, la vista y el estómago. Los Akitas son propensos a desarrollar el síndrome de dilatación y vólvulo gástrico (conocido comúnmente como torsión gástrica). Cuando presentan esta condición, el estómago se expande con aire o comida y se gira sobre sí mismo, lo que obstruye el paso de los alimentos del estómago al intestino. Evitar el ejercicio intenso una hora o más antes y después de comer puede ayudar a disminuir la posibilidad de una torsión gástrica.

Si bien no todos los problemas articulares pueden prevenirse por completo, mantener a tu Akita en un peso saludable es pieza clave, ya que, por ejemplo, las articulaciones de perros con obesidad cargan peso extra y eso puede exacerbar cualquier condición preexistente. Los suplementos de aceite de pescado proporcionan un efecto antinflamatorio, el cual puede ser beneficioso para algunos problemas articulares.

Como cualquier otra raza, los Akitas son propensos a diversos problemas de salud, los cuales pueden simplemente ocurrir con mayor frecuencia en esta raza o son hereditarios. Los criadores responsables se esfuerzan por disminuir la incidencia de estas enfermedades hereditarias a través de pruebas de detección y de una crianza responsable.

Algunos problemas comunes que presentan los Akitas incluyen:

  • Cataratas
  • Entropión
  • Glaucoma
  • Atrofia progresiva de la retina
  • Síndrome uveodermatológico
  • Adenitis sebácea
  • Pénfigo vulgar
  • Torsión gástrica
  • Ruptura de ligamento cruzado craneal
  • Luxación patelar
  • Miastenia gravis adquirida
  • Sordera congénita
  • Síndrome vestibular periférico congénito.

Curiosidades

  • En la década de 1930 un Akita llamado Hachiko solía esperar todos los días a su tutor, un profesor de la Universidad de Tokio, en la estación de trenes cuando regresaba del trabajo. Un día, el profesor murió de manera repentina en el trabajo, por lo que Hachiko se quedó esperando en vano. No obstante, Hachiko regresó todos los días a la estación durante 9 años.
  • Afuera de la estación de trenes de Shibuya en Tokio, hay una estatua en honor al leal Hachiko.
  • En 1937, Helen Keller realizó un viaje a Japón y se enamoro de la raza Akita. Recibió uno como regalo para llevárselo con ella a casa y este se convirtió en uno de los primeros Akitas en América. Helen Keller describió a su Akita como “gentil, amigable y fiable”.
  • Cuando el Zoológico de Londres tuvo un tigre bebé huérfano que necesitaba compañía, escogieron a un cachorro Akita debido a la valentía, entusiasmo e inteligencia de la raza.

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