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¿Qué te dicen las heces de tu perro?

Como pet parent de una mascota, puede que estés o no en íntima sintonía con las eliminaciones de tu amigo peludo, pero, te guste o no, debes tomarse en serio lo que ocurre durante la hora del baño de tu perro.
Las heces de tu perro pueden decirte mucho sobre su dieta, su salud digestiva y su bienestar general. Aunque puede ser un tema reservado o que parezca un poco asqueroso, las heces son súper importantes, porque, bueno, como nos enseñó aquel libro infantil, ¡todo el mundo tiene que ir al baño!
Las tres C “consistencia, color y contenido” son importantes a la hora de evaluar las heces de tu perro. Por ello, todos los cachorros deben someterse a un análisis fecal en su primera revisión y por esa misma razón tu veterinario recomienda hacer una evaluación anual de sus heces.
Ahora que ya sabes lo importantes que son las heces de tu perro, vamos a profundizar en lo que pueden decirte.

¿Qué aspectos tienen las heces «normales» de tu perro?

Las heces normales son algo subjetivo y pueden variar de un perro a otro, pero la materia fecal sana suele tener un color marrón intenso y estar bien formada. Dependiendo del peso y la dieta de tu perro, el volumen, el tamaño y la frecuencia de las heces también variarán. Por ejemplo, un chihuahua adulto con una dieta para razas pequeñas hará heces más pequeñas y menos voluminosas que un Chow Chow adulto con una dieta para bajar de peso.

La mayoría de los perros deben defecar al menos una vez al día, pero muchos defecan 2 o 3 veces al día. La consistencia, el color y el contenido de las heces pueden variar a lo largo del día en función del nivel de hidratación y de lo que coma tu perro (al igual que nosotros).

Acontecimientos como la anestesia o alguna enfermedad, que pueden ir acompañados de un apetito escaso o nulo, así como, la hospitalización o la lentitud de la motilidad gastrointestinal, pueden afectar también la frecuencia y el volumen de las heces, disminuyéndolas considerablemente. En el caso de los pacientes post operatorios y enfermos, no hay que alarmarse si no hacen del baño todos los días. Sus heces pueden tardar un poco en volver a ser regulares, tanto en consistencia como en frecuencia.

Ten siempre en cuenta las circunstancias: ¿Has cambiado la dieta de tu perro?,  ¿Le has dado premios o alguna comida diferente?, ¿Tu perro ha estado enfermo recientemente o le han hecho alguna cirugía?

Recuerda que las variaciones son normales. Por lo tanto, no te alarmes si las heces son ligeramente más blandas que otras, tienen un color ligeramente diferente o si son un poco más pequeña de lo habitual. Lo que ya no es normal es un cambio brusco y persistente de las heces de tu perro sin una causa obvia, y especialmente si muestra signos simultáneos de una enfermedad.

¿Qué aspecto tienen las heces anormales?

Para saber cuáles son las heces malas, repasemos las tres C:

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Consistencia

Aunque algunas heces pueden ser más blandas que otras, las heces blandas o líquidas crónicas son una señal de alarma. Las heces líquidas pueden indicar varias cosas como, una infección, parásitos, una indiscreción alimenticia (comió algo de la basura), una sensibilidad alimentaria o una enfermedad metabólica.

Los perros contraen infecciones virales y bacterianas, igual que nosotros, lo que provoca síntomas estomacales, como vómitos y diarrea. Y como los perros son perros, tienden a meterse en la boca cosas que no deberían, como cosas muertas, basura y agua estancada. También están los tutores de mascotas, que pueden alterar involuntariamente el tracto gastrointestinal al alimentar a sus perros con ricas probaditas de la mesa, como el tocino (¡No!, ¡no!).

Nuestros compañeros caninos también pueden sufrir alergias alimentarias o hipersensibilidades que hacen que sus intestinos se pongan en marcha mucho más rápido. Además, ciertas enfermedades que afectan al páncreas, el estómago, el intestino delgado y el colon pueden provocar diarreas crónicas.

Todas estas situaciones pueden provocar heces blandas o diarrea y no deben pasarse por alto, especialmente si los síntomas duran más de 2 días y van acompañados de vómitos, letargo o falta de apetito. La deshidratación y las anomalías electrolíticas pueden aparecer rápidamente, sobre todo en cachorros o perros de raza pequeña, y provocar una enfermedad grave.

Por otro lado, las heces muy duras o secas pueden indicar deshidratación o falta de nutrientes esenciales, como la fibra. Si observas a tu perro haciendo esfuerzos y produciendo solo pequeñas cantidades de heces en forma de pequeños círculos, habla con tu veterinario sobre los posibles remedios y sobre si necesita revisar a tu perro.

Ten en cuenta que el esfuerzo para ir al baño no siempre se debe al estreñimiento. Los perros con diarrea suelen hacer esfuerzos debido a la urgencia fecal, o a la sensación de tener que ir al baño todo el tiempo. Vigila cuidadosamente lo que sale cuando tu perro hace del baño para poder proporcionar a tu veterinario el historial más preciso posible y, en caso de duda, lleva siempre una muestra de heces a tu cita.

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Color

Como se ha mencionado anteriormente, las heces caninas deben ser de un color marrón. Los alimentos que contienen colorantes pueden alterar el tono, haciendo que las heces sean uniformemente anaranjadas o incluso un poco rojas, mientras que el consumo de muchas verduras de hoja verde, como la hierba, puede hacer que las heces tengan un aspecto verdoso. La calabaza y el camote también pueden dar lugar a un tono amarillento.

Las heces negras suelen indicar una hemorragia en el estómago o en el intestino delgado y pueden deberse a afecciones como úlceras, tumores, trastornos de la coagulación o traumatismos. Las heces son de color negro porque la sangre ha sido digerida.

Las heces de este color justifican una visita inmediata al veterinario. Sin embargo, no te dejes engañar por las heces demasiado “cocidas”: Las heces que han estado mucho tiempo expuestas al sol a veces tienen un aspecto más oscuro o incluso negro. Asegúrate de evaluar una muestra de heces fresca.

Las heces rojas pueden indicar una hemorragia en el colon. Esta sangre no ha sido digerida y suele ser de color rojo brillante. La sangre en las heces puede deberse a una colitis grave (inflamación del colon), infecciones bacterianas, parásitos, tumores, o traumatismos.

Las heces con sangre pueden provocar una deshidratación grave y anemia (bajo recuento de glóbulos rojos) en algunos casos. Si tu perro hace heces con sangre, no esperes y acude con tu veterinario de inmediato.

Las heces pálidas o grisáceas pueden deberse a una insuficiencia pancreática, deficiencias de vitaminas y minerales o a cualquier otra de las múltiples enfermedades gastrointestinales que existen, incluida la enfermedad inflamatoria intestinal. Las heces pálidas persistentes, especialmente cuando van acompañadas de pérdida de peso y/o diarrea, justifican una visita al veterinario.

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Contenido

La mucosidad o las heces que vienen con un saco viscoso pueden indicar una infección bacteriana, una infestación parasitaria, una mala digestión o una mala absorción.

Los gusanos vivos o muertos, principalmente puedes notar algunos que se parecen a granos de arroz, no son visitantes bienvenidos. Suelen ser comunes en cachorros, perros jóvenes y en perros que no se desparasitan regularmente o que no tienen protección contra el gusano del corazón, las pulgas y garrapatas. El tratamiento suele requerir varias dosis de un antihelmíntico (desparasitante) con un intervalo de 2 a 3 semanas. Aunque hay algunos desparasitantes de venta libre, no todos tratan todos los tipos de gusanos. Consulta a tu veterinario para que diagnostique por medio de un análisis fecal el parásito que está afectando a tu perro y le dé un tratamiento adecuado.

La hierba o pasto también puede aparecer en las heces de tu perro. Pregúntate con qué frecuencia y qué cantidad de pasto come tu perro. Los perros normalmente comen una pequeña cantidad de pasto para una digestión saludable. Unos cuantos pedazos de pasto que aparecen de vez en cuando no es gran cosa, pero un gran volumen de pasto en las heces de tu perro a diario suele indicar que algo va mal, como una deficiencia nutricional o náuseas crónicas. El pasto puede acumularse fácilmente y hacerse una bola en el estómago y en el intestino delgado, provocando obstrucciones gastrointestinales, por lo que hay que vigilar siempre a tu perro cuando esté en el jardín.

En ocasiones pueden aparecer calcetines, piedras, ropa interior, figuras de acción y huesos en las heces de tu perro. Esto es una señal de que debes estar más atento en tu casa y fuera de ella, ya que una obstrucción gastrointestinal puede llevar a la hospitalización y/o a la cirugía e incluso puede matar a tu perro. Guarda la ropa, cierra la basura, haz que los niños recojan sus juguetes y vigila lo que tu perro se lleva a la boca en todo momento.

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