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Lo que debes saber sobre las alergias estacionales y cómo afecta a la piel de tu mascota

Pasar tiempo al aire libre es una de las mejores partes de la primavera para muchas mascotas, pero ¿sabías qué, las alergias estacionales van de la mano con el cambio de estación? A diferencia de los humanos, cuyos síntomas de alergia estacional suelen incluir estornudos, secreción nasal y ojos llorosos, las alergias de los perros y gatos suelen presentarse como problemas cutáneos. Aunque rara vez son peligrosas, la comezón y las molestias causadas por las alergias pueden volverse un problema, causando infecciones cutáneas y afectando su calidad de vida. Trabajar de la mano con tu veterinario desde el principio para controlar los signos ayudará a tu mejor amigo a ser más feliz y saludable durante estos meses.

¿A qué pueden ser alérgicos?
Al igual que las personas, los perros y gatos pueden ser alérgicos al moho, al polen de algunas flores, los árboles, las plantas, ácaros, pulgas, etc. La mayoría de estas tienden a estar presentes en el ambiente en altas concentraciones durante la primavera. Las alergias estacionales, a veces denominadas atopia o dermatitis atópica, son una reacción exagerada del sistema inmune a sustancias que no son realmente peligrosas para el organismo. Los signos de las alergias suelen comenzar con una comezón generalizada; puedes comenzar a notar que tu mascota se rasca, lame o muerde la piel y/o las orejas, e inclusive puede comenzar a frotarse contra superficies para aliviar la incomodidad o rascarse inmediatamente después de acariciarle una zona de su cuerpo.

Síntomas de las alergias estacionales

Es posible que inicialmente no notes un cambio en el aspecto de su piel. Los cambios visibles, como el enrojecimiento de la piel o la pérdida de pelo, pueden llegar más tarde, debido a la progresión de la gravedad o a las lesiones autoinfligidas por el rascado que genera tu mascota. Si no se evita el rascado constante puede dar lugar a una infección bacteriana secundaria en la piel.

La pérdida de pelo, conocida como alopecia o la inflamación y el enrojecimiento de la piel, son más comunes en las patas, la ingle, las axilas y el hocico. La mayor parte de la exposición a los alérgenos es a través de la piel, por lo que las zonas con menos pelo como estás, además de  las zonas que están en contacto con el pasto y plantas como las patas,  suelen tener la mayor exposición y, por lo tanto, generan mayor comezón y provocan las lesiones en la piel. Otro signo común principalmente en los perros de pelo claro o blanco es la presencia de una hiperpigmentación o manchas de color café en el pelo de sus patas, esto sucede porque el pelo queda expuesto a la saliva y el perro comienza a lamerse o morderse para quitarse la comezón.

La comezón y el enrojecimiento de los oídos, conocida mejor como otitis, es otro signo característico de las alergias estacionales y en la mayoría de los casos se presentan junto con una infección secundaria de una levadura llamada Malassezia.  Aunque, es posible que se produzcan, estornudos o secreción nasal, estos signos son bastante infrecuentes en las alergias estacionales en los perros y gatos y nunca debe asumirse que están asociados a las alergias sin evaluar otras causas respiratorias.

¿Cómo se diagnostica una alergia ambiental?

Una de las pruebas que se utiliza para diagnosticar una alergia es la prueba de intradermorreacción, que consiste en la aplicación de pequeñas cantidades de alérgenos ambientales en la piel de tu mascota, y si esta presenta alguna alergia a algún componente se notara una reacción de hipersensibilidad en su piel en forma de pequeñas ronchas. Otra forma de diagnóstico, es utilizando pruebas de sangre que se mandan a laboratorios para determinar los alérgenos a los que es alérgico tu mascota.

Los signos clínicos pueden parecerse mucho a los de otras afecciones de la piel, como las infecciones cutáneas, las alergias alimentarias, o los ácaros. Lo primero que se necesita hacer es ir descartando las otras posibles causas, para determinar si el problema cutáneo se debe a una alergia u otra causa. La presencia de pulgas o de ácaros es un factor clave para descartar alergias. Tu veterinario también puede recomendar una prueba de desafío alimentario para comprobar si la causa es una alergia alimentaria.

Tratamiento médico

El tratamiento se centra en reducir los síntomas de la alergia y las molestias mediante el control de la respuesta inmune a los alérgenos. También, es fundamental que se trate cualquier infección secundaria de la piel o del oído que se haya desarrollado como consecuencia, generalmente se utiliza antibióticos o antimicóticos para esto.

El tratamiento principal es tópico, con el uso de distintos tipos de shampoo que ayudarán a hidratar, restaurar y proteger la piel y el pelo de tu mascota. Algunos shampoo, vienen inclusive con antibióticos o antimicóticos. El tipo de shampoo y la frecuencia del baño dependerá de las indicaciones que te dé tu veterinario.

El tratamiento con esteroides, como la prednisona, puede mejorar drásticamente los signos al reducir la inflamación de la piel. Sin embargo, los esteroides pueden tener efectos secundarios graves y es conveniente evitar su uso a largo plazo, por lo que su uso y frecuencia dependerá de lo que indique tu veterinario. Recientemente, se han desarrollado medicamentos más específicos para aliviar la comezón y que causan menos efectos secundarios.

El uso de antihistamínicos puede ser útil en aproximadamente un tercio de los casos, ayudando a reducir las dosis de otros medicamentos para la alergia. Los suplementos de omega-3, como los que se encuentran en el aceite de pescado, mejoran las barreras de la piel y pueden reducir la absorción de alérgenos.

Por último, tu veterinario puede administrar inyecciones antialérgicas, que exponen a su organismo a cantidades cada vez mayores de alérgenos, con la finalidad de reducir las reacciones que genera su sistema inmune.

Lo que puedes hacer en casa

Aunque la mayoría de los alérgenos estacionales son inevitables en el entorno, algunas medidas pueden ayudar a limitar la exposición. Los purificadores y humidificadores de aire pueden reducir la cantidad de polen y moho en tu casa. Limitar la exposición de tu mascota a campos abiertos o zonas muy arboladas puede ser útil. Además, lavar sus patas o bañarlos y cepillarlos después de jugar en el pasto puede evitar parte de la absorción, aunque, bañarlos más de una vez a la semana puede reducir los aceites importantes de la piel y, de hecho, aumentar la exposición a los alérgenos. Recuerda que los baños deben ser como máximo cada 15 días, a menos que tu veterinario indique lo contrario.

Con cuidado y perseverancia, tú y tu veterinario pueden encontrar la combinación adecuada de tratamiento para que tu mascota pueda disfrutar del aire libre y de toda la diversión que la primavera pueden ofrecerle.

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