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¿Cómo cuidar de mi chinchilla?

Las chinchillas son originarias de las montañas de Chile, pero actualmente estos adorables roedores cubiertos de pelo también se han convertido en animales de compañía muy populares en nuestro país. Cuidar de una chinchilla doméstica requiere de mucha dedicación de tu parte para garantizar que este pequeño animalito tenga una vida sana.

Las chinchillas tienen una vida relativamente más larga en comparación con otros roedores, pueden vivir entre 10 y 11 años, por lo que debes tener en cuenta que son un compromiso por un buen tiempo. A pesar de su timidez natural, las chinchillas pueden ser animales de compañía gratificantes con un carácter juguetón.

Alimentación y dieta

El cuidado adecuado de tu chinchilla comienza con una dieta bien equilibrada. Dado que las chinchillas son animales pequeños, tienes que estar atento para poder ayudarlas a mantener un peso saludable y así evitar problemas médicos asociados.

Lo mejor es alimentarlas con una dieta rica en fibra, lo que hace que el heno sea un componente importante de su dieta diaria. También debes darle pellets comerciales para chinchillas que aportan vitaminas y nutrientes adicionales.

Es importante que sepas que el heno de alfalfa no es adecuado para las chinchillas adultas y que alimentar a una chinchilla con demasiados pellets puede provocar problemas intestinales. Debes darle una cantidad fija de pellets al día, de 2 a 3 cucharadas. Los granos, las manzanas y las zanahorias se consideran premios y deben limitarse para evitar el malestar estomacal.

Para mantener con una buena alimentación a tu chinchilla, debes asegurarte de que el heno sea la parte principal de su dieta (70 a 75 %), los pellets deben ser el 10 % de la dieta, las verduras frescas otro 10 % y el resto de premios ocasionales, 1 o 2 veces por semana.

Recomendaciones del hábitat

Otra parte importante del cuidado de su chinchilla es establecer el entorno adecuado para que se encuentre segura, cómoda y entretenida.

Las chinchillas son animalitos muy ágiles y que suelen hacer varias acrobacias, por lo que necesitan un hábitat más grande que el resto de los roedores. Lo ideal sería un hábitat grande con varios niveles que le ofrezcan la posibilidad de trepar y saltar. Asegúrate de proporcionarle escondites en varias zonas, por si tu chinchilla se estresa o quiere un tiempo a solas.

Las chinchillas en vida libre viven en un entorno natural de gran altitud, seco y fresco. Por este motivo, querrás evitar que el hábitat de tu chinchilla se vuelva demasiado húmedo o caliente durante las épocas de mayor calor y lluvia. Las chinchillas son sensibles al calor, y las temperaturas superiores a los 27 °C pueden causarles un golpe de calor, que puede ser fatal.

Las chinchillas no sudan como los humanos, ellas liberan el exceso de calor a través de sus orejas, por lo que sí está teniendo mucho calor puedes notar que la piel de sus orejas se enrojece, con venas rojas visibles. Debes protegerla de estos cambios de temperatura, colocando su hábitat en la zona más fresca de tu casa y asegurándote de que siempre tenga acceso a agua fresca, limpia y sin cloro.

Debes limpiar y desinfectar el hábitat al menos 1 vez a la semana. Enjuágalo y déjalo secar completamente antes de volver a colocar a tu pequeña chinchilla adentro. Además, debes cambiar el sustrato al menos 1 vez a la semana y eliminar las manchas de humedad y los restos de heces del hábitat diario.

También, puedes dejar salir a tu chinchilla del hábitat tan a menudo como quieras, pero debes dejarla en una zona donde no se pueda hacer daño, como en un corral o en una habitación pequeña, recuerda que a las chinchillas les gusta esconderse, por lo tanto, estar en un espacio grande puede ser estresante para ella. Además, es de suma importancia que siempre esté supervisada para evitar que se lastime.

Baños y aseo

En lo que respecta al aseo, las chinchillas son animalitos que requieren relativamente poco mantenimiento. Necesitan un baño de arena o polvo un par de veces a la semana, pero no necesitas acicalarla. Existen baños de arena comerciales, que contienen todo lo necesario para el cuidado de su piel. Debes proporcionarle a tu chinchilla una bandeja que sea lo suficientemente grande para que pueda rodar y que tenga de 2 a 3 centímetros de profundidad. Asegúrate de que tu chinchilla no utiliza excesivamente el baño, ya que esto puede causarle problemas en los ojos.

Debido a la densidad del pelo de las chinchillas, no se recomienda el baño regular con agua, ya que puede ser muy difícil que el pelo se seque, y esto puede provocar infecciones de bacterias u hongos. Aunque las chinchillas no necesitan ser cepilladas con regularidad, puedes utilizar un cepillo suave para peinar su pelo durante las sesiones regulares de manipulación, esto también te ayudará a reforzar el vínculo que tienes con ella.

Cuidado de los dientes

Al igual que con los conejos, los dientes de una chinchilla crecen continuamente a lo largo de su vida y la maloclusión puede ocurrir en cualquier momento. Examina regularmente los dientes de tu chinchilla para detectar problemas en desarrollo.

Lo mejor que puedes hacer por los dientes de tu chinchilla es alimentarla con una dieta adecuada y consultar con un veterinario especialista en pequeños mamíferos ante cualquier duda. Se recomienda que la lleves a revisión al menos de forma anual y en una chinchilla mayor, puede ser necesario llevarla a revisión cada 6 meses.

Una alternativa muy buena es ofrecerle juguetes masticables que le ayudarán a limar sus dientes y al mismo tiempo ofrecerle enriquecimiento ambiental.

Vigila de cerca el comportamiento y los hábitos alimenticios de tu chinchilla. Si deja caer la comida, no come bien o babea en exceso, es hora de acudir al veterinario. Además, las heces más pequeñas de lo normal pueden ser una indicación de un problema dental o nutricional que necesita atención veterinaria.

Conoce el comportamiento normal

Una chinchilla que ha sido socializada adecuadamente puede disfrutar de que la manipulen y la lleven en brazos. La manipulación frecuente puede ayudarles a estar más relajadas y acostumbradas a su familia humana. Pero, recuerda que también son tímidas y disfrutaran de tener tiempo a solas dentro de sus escondites.

Estos pequeños mamíferos son nocturnos, lo que significa que duermen la mayor parte del día y están activos, saltando y jugando durante la noche. No debes preocuparte si ves a tu chinchilla durmiendo mucho durante el día. También, pueden emitir ciertos ruidos o sonidos en determinadas situaciones o con diferentes emociones.

Debes de estar atento a cualquier cambio en el comportamiento de tu chinchilla, como el letargo, la respiración agitada o con dificultad, la marcha inestable o el desinterés por su entorno. Pueden ser indicadores de un problema médico con el que esté cursando. En el caso de que presente signos como, disminución del apetito, letargo, babeo excesivo, inflamación palpable en la mandíbula inferior, pérdida de peso y heces pequeñas debes llevarla al veterinario inmediatamente, ya que estos signos son comunes en el padecimiento de maloclusión.

Al igual que muchos animales pequeños, las chinchillas pueden ser excelentes animales de compañía si se está preparado para el compromiso y se entienden los cuidados que necesitan. 

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