¿Por qué es importante la socialización adecuada en los cachorros?
La socialización de un cachorro es el proceso de habituarlo al mundo que le rodea. Esto incluye aprender a interactuar con otros perros, humanos y otros animales, así como qué comportamientos son aceptables.
Los cachorros aprenden a sentirse cómodo en diferentes situaciones y entornos si se le socializa adecuadamente. La socialización debe comenzar durante las primeras semanas de vida, iniciando entre las 3 semanas y los 3 meses de edad. En este periodo se socializan más fácilmente, ya que es cuando los cachorros establecen vínculos con las personas y con otros animales, además de aprender a no tener miedo de cosas o personas desconocidas.
Si la socialización no comienza a una edad temprana, el cachorro puede empezar a mostrar miedo a las personas y a lo desconocido. Y aunque es posible socializar a un adulto, el proceso es mucho más sencillo si se comienza cuando son cachorros.
La socialización comienza con la madre
De la madre, los cachorros reciben los primeros estímulos para respirar, mamar, orinar y defecar. También recorta el cordón umbilical, limpian a los cachorros varias veces al día, los mantiene calientes y les garantiza un entorno seguro. También se encarga de disciplinarlos cuando su comportamiento es inaceptable para los estándares caninos. Les enseña lo que es un comportamiento aceptable y cómo interactuar con ella.
Sus hermanos continúan el proceso de socialización
De convivir con sus hermanos, los cachorros adquieren habilidades de socialización adicionales para interactuar con miembros de su propia especie. A través del juego, los cachorros aprenden sobre la dominancia y la sumisión, se inician en el comportamiento de apareamiento y reciben una amplia gama de estímulos para el desarrollo de sus sentidos y capacidades físicas.
Los cachorros que no tienen hermanos o que proceden de camadas separadas a una edad demasiado temprana suelen tener dificultades para interactuar con los perros más adelante. Al no saber cómo reaccionar cuando se enfrentan a un miembro de su propia especie, tienden a ser demasiado tímidos o agresivos. Estos cachorros suelen tener dificultades para vivir en hogares con varios perros.
Socialización y personas
A través de la manipulación y el juego con humanos durante sus primeras siete semanas de edad, los cachorros aprenden a confiar en las personas y a interactuar con ellas, y continúan su socialización. Sin esta participación en su vida, tendrían más dificultades para relacionarse o sentirse cómodos con las personas.
Si es posible, es importante que los cachorros de esta edad aprendan a interactuar con niños. Los perros aislados de los humanos a una edad temprana suelen vincularse a una sola persona. No suelen integrarse bien en hogares con niños o varios adultos. Obviamente, estos rasgos pueden superarse ocasionalmente, pero no es fácil.
Socialización en distintos entornos
Los cachorros deben estar expuestos a tantos entornos, ruidos, texturas o situaciones estimulantes como sea posible. No deben estar confinados en una jaula o corral hasta que partan hacia sus nuevos hogares. Necesitan aprender a responder a muchas situaciones diferentes para desarrollar confianza en sí mismos.
Hay que estimular su curiosidad. No exponer a un cachorro a entornos diferentes puede provocar miedo, y el miedo a menudo conduce a tendencias agresivas.
¿Qué debes hacer cuando llegue tu cachorro?
Cuando lleves a casa a tu nuevo cachorro, debes estar preparado para seguir socializándolo. Las primeras semanas en tu hogar son algunas de las más importantes en el proceso de socialización, ya que tu cachorro aún está desarrollando patrones de comportamiento.
Entre las 7 y las 12 semanas de edad, la mayoría de los cachorros atraviesan un periodo en el que pierden parte de su confianza en sí mismos. La confianza les resulta más difícil y las cosas con las que deberían sentirse cómodos de repente les provocan ansiedad o miedo. Si antes se lanzaban con valentía a una nueva situación, ahora se muestran aprensivos. Puede tratarse de ruidos fuertes, personas desconocidas, juegos demasiado bruscos o un lugar nuevo.
Los etólogos (veterinarios especialistas del comportamiento) han descubierto que esto tiene poco que ver con el cambio de lugar donde viven o con la separación de sus hermanos o de su madre. Incluso en los casos en que la camada permanece unida, se observa este mismo patrón de comportamiento a esta edad.
No reacciones de forma exagerada. Tu cachorro madurará y estará bien si pones de tu parte. No es conveniente que te vuelvas demasiado protector y aísles a tu cachorro del mundo exterior. Es mejor que, durante este periodo de 2 a 3 semanas, aumentes sus experiencias poco a poco.
Elige actividades que puedas controlar. Presenta a tu cachorro a distintas personas, incluidos los niños, pero no dejes que treinta niños vengan gritándole desde todas direcciones. Deja que conozca al perro del vecino, pero no al alborotador de la calle de abajo. Aproximadamente a las 12 semanas de edad, este periodo llega a su fin y la mayoría de los dog parent verán cómo sus cachorros se vuelven más atrevidos con nuevas personas, animales y experiencias.
La socialización continua durante el primer año
A partir de este momento y hasta que cumpla al menos un año, es imprescindible que hagas todo lo posible por ampliar el entorno de tu cachorro y exponerlo a cosas nuevas. Durante esta etapa de su vida, los cachorros deben estar rodeados del mayor número posible de personas y animales. Lleva a tu cachorro cuando vayas de paseo, o de compras, o llévalo al parque para que conozcan al nuevo integrante de la familia.
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La socialización continua durante el primer año
Los perros aislados durante su primer año de vida desarrollan muchos problemas de comportamiento. Algunos se vuelven agresivos, pero la mayoría suelen ser demasiado tímidos. Les falta confianza en presencia de personas o situaciones nuevas. Se acobardan ante los extraños. Tiran de la correa para alejarse de los niños o de otras mascotas.
Obligados a estar en un lugar nuevo, pueden sentarse temblando detrás de su tutor, babeando y jadeando rápidamente. En el peor de los casos, pueden llegar a morder por miedo. Se trata de un patrón de comportamiento en el que los perros, al encontrarse con nuevas personas o mascotas a las que temen, no saben cómo reaccionar y simplemente intentan morder al extraño. Una vez que esto se desarrolla, puede ser muy difícil de superar.
Por lo tanto, es muy importante exponer a tu cachorro a tantas personas, animales, entornos, situaciones y cosas diferentes como sea posible y lo antes posible en su vida. Así aprenderá a interactuar con confianza con el mundo que le rodea y se convertirá en un miembro bien socializado de tu hogar.
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