Buscar entrada

Buscar
!Hola!
Cerrar sesion

Buscar entrada

Buscar

CATEGORÍA


Conoce más sobre la enfermedad hepática en perros

El hígado es un órgano extremadamente importante del cuerpo. Es responsable del metabolismo, el almacenamiento de vitaminas y minerales, la digestión de los alimentos y la desintoxicación de los desechos.

Sin embargo, también es vulnerable a muchos problemas que pueden poner en peligro su salud. Por lo tanto, es importante que conozcas las causas y los signos de las enfermedades hepáticas para mantener a tu mejor amigo sano y feliz.

Causas

El hígado es responsable del metabolismo de proteínas, grasas e hidratos de carbono; del almacenamiento de vitaminas y minerales; de la digestión de los alimentos y de la desintoxicación de los desechos. Se sabe que realiza más de 1000 tareas diferentes, la mayoría de las cuales son necesarias para la vida y no podrían realizarse en ninguna otra parte del cuerpo.

Por el hígado pasan miles de vasos sanguíneos que transportan la sangre, de tal manera que entra en contacto con todas y cada una de las células hepáticas. Está tan lleno de sangre y vasos que una sección recién cortada parece una esponja saturada. De hecho, el 20% de la sangre bombeada por cada latido del corazón pasa por el hígado. Además, es el primer tejido en aprovechar los nutrientes absorbidos por los intestinos y el estómago.

La enfermedad hepática puede deberse a una infección vírica o bacteriana, parásitos, cáncer, inflamación, enfermedad obstructiva de las vías biliares, reacciones tóxicas o como resultado de ciertos medicamentos. 

Esta no es una lista completa, pero muestra lo que tu veterinario intenta descartar como causa de los signos. Mediante la realización de diversas pruebas, la lista se reduce para poder dar el pronóstico y tratamiento adecuado.

Signos

Las mascotas con trastornos hepáticos pueden presentar diversos signos. Muy pocos son específicos de la enfermedad hepática, ya que pueden aparecer en múltiples enfermedades y afecciones.

Los signos incluyen:

  • convulsiones
  • cambios de comportamiento
  • vómitos
  • diarrea
  • ictericia
  • aumento de la bebida y la micción
  • heces blandas de color blanco grisáceo
  • distensión abdominal debido a la acumulación de líquido o al agrandamiento del hígado
  • disminución del apetito y pérdida de peso

Además, durante la exploración física, el veterinario puede encontrar los siguientes signos: palidez de las mucosas debido a un aumento de la degradación de los glóbulos rojos que provoca anemia, hepatomegalia (aumento del tamaño del hígado) debido al proceso de la enfermedad, esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo) y ascitis (líquido en la cavidad abdominal), especialmente si la enfermedad hepática está provocando un aumento de la presión sanguínea de los vasos que se encuentran dentro y alrededor del hígado.

Diagnóstico

La enfermedad hepática en perros se diagnostica a través de la historia clínica, exploración física, hemograma completo, análisis de ácidos biliares, análisis de orina, radiografías (rayos X), ecografía abdominal y biopsia.

En la bioquímica sanguínea, la ALT, AST, GGT, albúmina y bilirrubina son valores que a menudo son anormales en perros que tienen enfermedad hepática. El hígado también produce factores que ayudan a la coagulación de la sangre. En algunas enfermedades hepáticas podemos ver problemas de sangrado debido a una disminución en la producción de estos factores.

También se puede realizar una prueba de ácidos biliares para medir la función del hígado. Para analizar los ácidos biliares, se toma una muestra de sangre después de un ayuno de unas 12 horas, se da al animal una comida rica en grasas y se toma una segunda muestra de sangre 2 horas después. A continuación, se comparan los resultados de los análisis de las dos muestras de sangre.

Un hemograma completo es útil para comprobar si hay anemia e indicios de infección y pruebas de coagulación de la sangre para ver si hay algún indicio de que exista coagulopatía (anomalía con las funciones normales de coagulación de la sangre).

Radiografía: Se toman radiografías para determinar el tamaño del hígado. A veces, los cambios en la opacidad del hígado y la vesícula biliar pueden indicar ciertas afecciones, como cáncer o cálculos biliares. También puede realizarse un ultrasonido para detectar cambios en la densidad del hígado. También se visualiza la vesícula biliar y se comprueba si hay cálculos. Puede ser necesaria una biopsia hepática para obtener un diagnóstico definitivo. La biopsia suele realizarse junto con el ultrasonido para determinar qué parte del hígado debe biopsiarse.

Cuidados

En muchos casos de enfermedad hepática, no se dispone de un tratamiento específico. El tratamiento es principalmente de apoyo y sintomático, como la administración de líquidos subcutáneos o intravenosos para prevenir la deshidratación.

En varias enfermedades hepáticas, es necesario modificar la dieta para mantener una nutrición e ingesta calórica adecuadas. Pueden recomendarse dietas específicas en función del diagnóstico. Algunos animales pueden tener poco apetito o negarse a comer. En estos casos, puede ser necesario alimentar a la mascota a la fuerza con una jeringa o colocar una sonda de alimentación.

Algunas veces se aconseja administrar un suplemento diario de vitaminas y minerales a las mascotas con enfermedad hepática para ayudar a prevenir deficiencias. Sin embargo, si se diagnostica la enfermedad por almacenamiento de cobre, este suplemento no debe contener cobre.

Puede ser necesario un suplemento de vitamina K para ayudar a controlar los trastornos hemorrágicos, ya que un hígado enfermo produce y almacena menos cantidad de esta vitamina, que es necesaria para que el hígado produzca factores de coagulación. La vitamina E se administra como antioxidante para eliminar los radicales libres y evitar más lesiones oxidativas en el hígado.

Es preferible una forma hidrosoluble de vitamina E, ya que la absorción de vitaminas liposolubles puede disminuir en algunas formas de enfermedad hepática.

Una terapia más reciente para el tratamiento de las enfermedades hepáticas es la S-adenosil-metionina (SAMe). La SAMe, producida normalmente por el hígado, es necesaria para muchas funciones de las células hepáticas y que está disponible como suplemento.

Medicamentos

El tipo de medicación que se administre dependerá de la causa y el alcance del daño hepático. El hígado es uno de los principales órganos que metabolizan y eliminan los medicamentos. Si el hígado no funciona correctamente, los medicamentos deben administrarse en dosis más bajas, ya que permanecen en el organismo durante más tiempo. Esto incluye los medicamentos que la mascota haya estado tomando antes de la enfermedad hepática.

Los corticosteroides se utilizan en determinados casos de enfermedad hepática, como la hepatitis crónica, para reducir la inflamación y las cicatrices. También estimulan el apetito y favorecen una sensación general de bienestar. Los antibióticos se utilizan en casos de infección o si el paciente corre el riesgo de sufrir una infección secundaria.

La penicilamina y el acetato de zinc se utilizan en el tratamiento de la enfermedad por almacenamiento de cobre para reducir la cantidad de cobre en el hígado. También pueden indicarse medicamentos para ayudar a disminuir las náuseas o los vómitos causados por la enfermedad hepática, o para prevenir úlceras en el estómago y el intestino delgado.

Recuperación

La recuperación de una enfermedad hepática depende de la causa exacta y del estadio de la enfermedad. El diagnóstico temprano es esencial para el éxito del tratamiento de muchas formas de enfermedad hepática. Algunos tipos de enfermedad hepática no son curables, pero con cuidados de apoyo, el paciente puede seguir llevando una vida cómoda, aunque más corta.

Los perros con enfermedad hepática deberán ser monitorizados estrechamente para comprobar su respuesta al tratamiento. Cualquier signo clínico anormal debe comunicarse inmediatamente al veterinario. Se requerirán exámenes de seguimiento y análisis de sangre repetidos para controlar la evolución del perro.

Prevención

Aunque no todos los casos de enfermedad hepática pueden prevenirse, algunas pueden reducirse con ciertas medidas.

Los perros deben someterse a un examen físico anual y vacunarse contra las enfermedades infecciosas. Los análisis de sangre rutinarios también son una parte esencial del programa de cuidados preventivos y permiten diagnosticar las enfermedades en la fase más temprana y tratable.

Coméntale al veterinario de cualquier medicamento o suplemento que esté tomando tu perro. No dejes que tu perro camine libremente por zonas donde pueda haber plantas venenosas o toxinas.

Recuerda que este texto es solo una guía. El tratamiento sólo debe administrarse bajo el consejo de un veterinario que haya examinado a tu mascota.

PetGallery

Compártenos en Instagram y Facebook las fotos más divertidas de Petco y tu mascota.

#petcofriends
@petcomexico

Da clic en la imagen y descubre más productos.

Dejar un comentario

Preguntas
Para preguntar debes iniciar sesión.