Cómo presentar a tus hijos a su nueva mascota
Si tienes hijos, añadir una mascota a la familia es un momento emocionante. Las mascotas aportan a los niños numerosas ventajas, como nuevas responsabilidades, mucha actividad y la amistad de cuatro patas.
Sin embargo, las introducciones deben hacerse con cuidado para garantizar la seguridad tanto de los niños como de la nueva mascota. Los niños y las nuevas mascotas deben acercarse lenta y cuidadosamente. Después de todo, un perro o un gato pueden parecer dóciles y dulces, pero quizá no entiendan como son los pequeños.
Para que las presentaciones vayan sobre ruedas, sigue estos consejos de expertos.
Las presentaciones iniciales deben ser breves
Introducir un perro o un gato a los niños, especialmente a los más pequeños, debe hacerse gradualmente.
Deja que tus hijos y las mascotas pasen unos minutos juntos, luego agarra a la mascota y ponla de nuevo en una parte de la casa a la que los niños no puedan ir. Ve aumentando poco a poco la cantidad de tiempo que pueden pasar juntos cada día hasta que te sientas cómodo de que no se van a hacer daño el uno al otro.
Establece una rutina
A los pocos días de traer una nueva mascota a casa, establece una rutina tanto con tus hijos como con la mascota. Aunque no lo creas, la transición puede ser más fácil si se mantiene un horario fijo. Con una rutina establecida, se limita el tiempo que un niño puede pasar con un cachorro o un gatito suelto por la casa y de esta forma se evita que el animal se estrese porque lo están agarrando constantemente.
Enséñales a tus hijos a interactuar con las mascotas
Como adoptar un perro o un gato es tan emocionante, los niños pueden entusiasmarse demasiado por acariciar, coger en brazos o jugar con una nueva mascota. Los padres deben fomentar las interacciones tranquilas y enseñar a los niños dónde y cómo acariciar a un nuevo perro o gato.
Elogia tanto a tus hijos como a tus mascotas cuando sean amables entre sí. Si las interacciones parecen intensificarse, reoriéntalas hacia otras actividades, como jugar a lanzar y buscar, aumentando suavemente la distancia entre la mascota y el niño.
Si las interacciones se están volviendo demasiado bruscas, prepara a todos para que tengan éxito, dándoles un respiro: retira suavemente a la mascota de la situación y dale otra cosa que hacer, como un rompecabezas o un descanso para dormir.
Enseñar a los niños a ser delicados con las mascotas es especialmente importante con cachorros y gatitos, que son más pequeños y pueden ser más susceptibles a las lesiones.
Aprende el lenguaje corporal de perros y gatos
Como padre, es esencial que aprendas a reconocer las señales que indican que tu nuevo perro o gato está incómodo o se está agitando. Esto te ayudará a intervenir antes de que la situación se agrave, evitando así mordeduras de perro o arañazos de gato.
Sé consciente de las señales y reacciona inmediatamente con calma; no es necesario gritar ni excitarse. Las señales de peligro pueden empezar con un perro que no quiere mirar al niño. Esto puede progresar a pelos de punta y posturas más agresivas.
Es importante que todos los adultos en casa sean capaces de identificar el lenguaje corporal problemático para estar preparados para calmar la situación si es necesario.
Supervisa siempre a los niños con una nueva mascota
Incluso después de que se hayan hecho las presentaciones y todo el mundo parezca sentirse cómodo, es importante que vigiles de cerca las interacciones entre los niños y las mascotas.
Como padre nunca deben dejar a un perro o a un gato con un niño sin supervisión, aunque conozcan bien a la mascota, y especialmente si es nueva en la familia.